Creaciones Fuera de Control

Un mundo virtual que crece exponencialmente, con reglas
sin sentido y en un tiempo que cada día se hace mas pequeño.

Aparte de la naturaleza, el resto de nuestro entorno es creado por nosotros mismos. La lógica pura indicaría entonces que nosotros tenemos el control de nuestras creaciones. Sin embargo, parecería que no es así, que el control inicial se convierte en una ilusión o un pensamiento vanidoso. Esta paradoja parece ser más fuerte en las áreas tecnológicas, donde el orden cede ante lo impredecible o lo caótico. En estas líneas esbozamos tres instancias de este fenómeno, cuya lectura, estoy seguro, será efímera.

Tiempo Ficticio

Vivimos cada día más rápido sin detenernos a pensar. Hace ya cuatro años hablábamos de la dictadura del tiempo con respecto a la diseminación de la información. Hoy debo decir que esa dictadura es universal, que es parte de la famosa brecha digital. Sin embargo, ¿es necesaria esta dictadura? No, pues este tiempo incesante es un invento nuestro. Hemos sido doblegados por nuestra propia creación. Como el chiste de Calvin y Hobbes, muchas personas echan de menos el tiempo que tardaba el correo normal, al menos una semana, para luego leer una carta sopesada varias veces (tanto por el remitente como por el destinatario), diseñada para ser autocontenida y coherente. En contraposición, hoy sufrimos de ráfagas de correo electrónico, breves y de temas entremezclados, escritos a la rápida, sin importar la redacción o la ortografía, como en el vórtice de una tormenta eterna. Queremos más tiempo, la calma de la vida provinciana, pero no nos damos tregua pensando que sólo yo no tengo tiempo y acatando la ficción común que parece ser la única realidad.

Mercado Ficticio

¿Necesitan las personas una nueva versión de un software cada año? No, el objetivo es vender más, no servir mejor. Lo que necesitamos es hacerlo bien, con tiempo, con tranquilidad para el diseño y las pruebas, hasta que no tenga errores. En mi manifiesto personal reflejo mi posición respecto a los monopolios de facto que existen en el mundo del software. Para qué hablar del comercio electrónico, y de la valoración de sus empresas, que hemos comentado varias veces. Hoy la bolsa tecnológica se ha desinflado y las compañías de la supuesta era de la información se parecen cada día más a las normales. Ahora deben tener ganancias, mejorar la logística, deben confiar en el cliente y el cliente en ellos, adaptarse a la cultura local y deberían, en el futuro, tener oficinas físicas locales para reclamos o devoluciones. Al final los distribuidores tradicionales se convertirán en los servicios de transporte y atención al público. La desintermediación no desaparece, sólo cambia de lugar y de forma, reduciendose los márgenes de ganancia.

Mundo Ficticio

Terminamos con Internet y la Web, creaciones ingenuas y no planificadas, totalmente fuera de control hasta para los gobiernos. Un mundo donde las calles son fibras ópticas y las tiendas computadores, donde las personas pueden ser anónimas, adoptar distintas personalidades o ser solamente espectadores. Hemos creado un mundo no lineal, donde podemos llevar varias vidas paralelas y ser nosotros mismos, para bien y para mal. Ahora este mundo crece de forma inorgánica, como un plato de tallarines gigante donde no podemos ya encontrar nada y donde más del 80% de la gente llega a un sitio gracias a un buscador. ¿Pero qué pasa con las páginas nuevas, con la tiranía de la mayoría que mencionaba en la columna pasada?. Necesitamos usar mecanismos eficientes que en vez de buscar por todas partes si hay algo nuevo, aquello que es nuevo me lo diga (para los más técnicos, nos enseñaron que las interrupciones eran mucho mejores que hacer polling y entonces ¿por qué diablos la Web usa pushing en vez de pulling?). Esto además resuelve el problema de buscar en páginas dinámicas, el de conocer la estructura, etc. Cada sitio informaría a quién corresponda de lo nuevo, estructuradamente (por ejemplo, en XML) y en el momento oportuno. De otro modo pronto necesitaremos de buscadores de buscadores (los verdaderos metabuscadores). Y después tendremos los buscadores de buscadores de buscadores. Sinceramente, esto de la recursividad no es práctico para los que somos mortales.


Bibliografía: Diseñemos todo de nuevo: Reflexiones sobre la computación y su enseñanza, Julio 1999, http://www.dcc.uchile.cl/~rbaeza/manifest/manifest.html.

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